El caso de este libro es un buen ejemplo de cómo podemos encontrar varias causas de degradación en un mismo ejemplar, incluso de cómo unos factores externos de alteración que actúan entre sí pueden provocar otras degradaciones diferentes.

Por un lado se observan pérdidas de soporte provocadas por la acción de agentes macrobiológicos en la zona superior externa de varias hojas. Se trata claramente de roedores (degradación de origen biológico), pues se observan las marcas de sus incisivos en el perímetro de soporte faltante. Solo muerden el papel para usarlo en la construcción de su madriguera, no se nutren de él.

Por otro lado, se puede ver cómo el empleo de un engrudo ha favorecido la presencia de bibliófagos, que se alimentan, nutren y encuentran en su composición una fuente de nutrientes. Este engrudo se solía elaborar con agua y harina que espesaba formando una pasta. También hay recetas con almidón de trigo o de arroz al que se añadía azúcar o goma arábiga para aglutinar y aumentar el poder de adhesión.

La fase larvaria de lo bibliófagos es la que provoca mayor deterioro en el fondo documental, ya que se alimentan de celulosa y otros compuestos (como esos almidones y azúcares) que actúan como nutrientes y que se hallan presentes en los adhesivos que se empleaban habitualmente en la elaboración de las encuadernaciones.

Las galerías que se observan en el papel coinciden con los lugares donde se aplicó engrudo para unir pequeños fragmentos de papel utilizados para unir desgarros sobre el soporte. Debe destacarse en este caso la pulcritud de quien lo llevó a cabo dado el minúsculo tamaño del material empleado, fue colocado entre líneas con la voluntad de no ocultar texto.